Análisis del mercado laboral, pobreza y desigualdad en Costa Rica

Al II trimestre 2023


Autores:

Daniela Córdoba
Luis Oviedo
Juan Robalino

Estimaciones y proyecciones:

Saúl Paredes
Esteban Huang
Isabel Contreras

Parte 1. Resumen ejecutivo

Indicadores del mercado laboral

En términos interanuales la tasa de ocupación y el desempleo han disminuido simultáneamente. Si bien durante varios meses se observó consistentemente este comportamiento, en el último trimestre móvil de abril, mayo y junio de 2023, se registró una mejora en la ocupación y una reducción en la inactividad laboral en comparación al trimestre móvil anterior de marzo, abril y mayo. Además, los salarios reales medianos por hora y por mes aumentaron en el último trimestre.

Brechas en el mercado laboral

En el último año, del II trimestre de 2022 al II trimestre de 2023, las estimaciones muestran que la brecha en la participación laboral entre hombres y mujeres, con características similares, aumentó. Sin embargo, las brechas por sexo en el desempleo y en las horas laboradas en el empleo principal disminuyeron interanualmente, mejorando la igualdad en las condiciones laborales por género. También interanualmente se observa una disminución en las diferencias en los ingresos laborales por sexo, favoreciendo la igualdad salarial.

Adicionalmente, para personas con características similares, las estimaciones muestran que a mayor nivel educativo mayor es el premio salarial. No obstante, estas brechas se han mantenido estables en el último año.

Pobreza y desigualdad de ingresos

La tasa de pobreza total y extrema aumentaron de mayo de 2022 a mayo de 2023. No obstante, al comparar mensualmente se observa que desde marzo de este año se han presentado disminuciones en las tasas de pobreza mensuales como resultado de la reducción en la inflación en los productos asociados a las canastas de referencia para la línea de pobreza. Los niveles de pobreza total urbana y rural continúan distanciándose entre sí, con lo cual la tasa de pobreza rural se sitúa 7 puntos porcentuales por encima de la tasa de pobreza urbana. Además, los datos estimados para mayo de 2023 indican que la tasa de pobreza extrema en las zonas rurales estaba 3 puntos porcentuales por encima de la tasa en zonas urbanas.

Parte 2. Indicadores del mercado laboral

La tasa de inactividad continúa alta

La tasa de inactividad sigue siendo más alta en comparación al nivel observado previo a la pandemia, además de abril, mayo y junio (AMJ) de 2023 al mismo trimestre del 2022, la inactividad aumentó alcanzando un 43.42%. Pese al aumento interanual, se observa que, desde el trimestre de marzo, abril y mayo (MAM) de 2023, la inactividad total viene disminuyendo.

Las personas entre 25 y 35 años y las mujeres registraron los mayores aumentos interanuales en la inactividad

La tasa inactividad total en Costa Rica aumentó cerca de 3 p.p. entre el trimestre AMJ de 2022 y el trimestre AMJ de 2023. Los grupos con mayor inactividad se asocian a las personas de 60 o más años, a las que tienen entre 15 y 24 años, y a las personas sin primaria. Por otra parte, las mujeres continúan presentando tasas de inactividad mucho más altas que los hombres. Asimismo, la población entre 25 y 34 años, las mujeres y las personas sin primaria y las universitarias sin título universitario fueron quienes registraron los mayores aumentos en p.p. en la tasa de inactividad.

El único grupo que presenta una disminución en la inactividad es el de las personas entre 35 y 24 años, no obstante, la disminución es apenas de 0.14 p.p.

La tasa de desempleo sigue reduciéndose, pero a una velocidad cada vez menor

La tasa de desempleo se ubicó en el trimestre AMJ de 2023 en 9.6%, registrando una de las menores tasas de los últimos 3 años. También, la tasa de desempleo disminuyó con respecto al trimestre móvil anterior. Sin embargo, las reducciones son cada vez menores.

Las mujeres fueron quienes registraron una mayor reducción en la tasa de desempleo

Entre el trimestre móvil AMJ de 2023 y el mismo trimestre de 2022, la tasa de desempleo disminuyó 2.1 p.p. Por sexo, se observa que el desempleo afecta mucho más a las mujeres, con una tasa de 12.1%, mientras que el desempleo para los hombres se sitúa en 8.0% en el último trimestre disponible. Se observa que las mujeres fueron quienes más redujeron su tasa de desempleo en 3.3 p.p., una disminución incluso mayor a la observada para el total del país. Por grupo de edad, la tasa de desempleo que más descendió fue la correspondiente a las personas entre 35 y 44 años (3.1 p.p.). También se observa que la tasa cayó más en las áreas rurales, alrededor de 2.1 p.p. Finalmente, la tasa de desempleo disminuyó más para las personas sin título universitario (reducción de 6.2 p.p.). Si bien todos los grupos disminuyeron sus tasas de desempleo, quienes presentaron la menor disminución fueron las personas con primaria completa (0.3 p.p.).

La tasa de ocupación bajó interanualmente, pero muestra una leve recuperación con respecto al trimestre móvil anterior

La tasa de ocupación mostró una tendencia a la reducción desde el trimestre de DEF hasta MAM, sin embargo, en este último trimestre de AMJ se observa un aumento respecto al trimestre móvil previo, alcanzando el 51.2%.  

Cuando se analiza el comportamiento de forma interanual se obtiene que en el último año la tasa de ocupación ha disminuido. Todavía, el mercado laboral no ha podido alcanzar los niveles de ocupación observados antes de la pandemia.

Las personas entre 25 y 35 registraron la reducción más alta en la tasa de ocupación en comparación con el año anterior

La tasa de ocupación disminuyó 1.5 p.p. entre el trimestre AMJ 2022 y el mismo trimestre del 2023, pese al aumento en comparación con los últimos tres trimestres móviles. Interanualmente, los grupos que más disminuyeron la tasa de ocupación fueron las personas entre 25 y 34 años (3.8 p.p), las personas sin primaria (3.7 p.p.) y aquellas universitarias sin título (3.5 p.p.). Por otro lado, las personas con secundaria incompleta y las que tienen entre 35 y 44 años son las únicas que aumentaron la ocupación en el último año (1.2 p.p. y 2.7 p.p. respectivamente).

La mediana de los salarios reales ha presentado una tendencia al alza desde el III trimestre del 2022

Los salarios reales medianos tanto por hora como por mes han presentado una tendencia al alza desde el III trimestre de 2022. Así, para el II trimestre de este año el salario real mediano mensual registró un incremento de 3.6% con respecto al mismo trimestre de 2022. Mientras que, para el mismo período, los salarios reales medianos por hora subieron más, un 5.5% específicamente. En otras palabras, después de varios trimestres consecutivos en los cuales el salario real no presentó aumentos, en este 2023 los salarios reales nuevamente vuelven a incrementarse. 

Parte 3. Brechas en el Mercado Laboral

La brecha salarial ajustada entre mujeres y hombres disminuyó interanualmente

En el II trimestre de 2022 la brecha ajustada estimada muestra que las mujeres, en promedio, recibían 80 colones por cada 100 que recibían los hombres. Mientas que para el II trimestre de 2023, las mujeres recibían 87 colones por cada 100 colones que recibían los hombres en promedio. Estas cifras indican que la brecha interanualmente se redujo, en favor de las mujeres. Sin embargo, la brecha se amplió en los últimos dos trimestres, es decir, las mujeres dejaron de ganar 89 colones (I trimestre de 2023) y pasaron a recibir 87 colones (II trimestre 2023).

La brecha ajustada en la participación entre hombres y mujeres es sustancial y aumentó interanualmente

Para el II trimestre de 2023, la brecha ajustada se ubica en 25.3 p.p. Esto significa que, si comparamos por sexo la tasa de participación es 25.3 p.p. mayor para los hombres que para las mujeres con características similares. Hay un aumento, aunque pequeño, en comparación con la brecha registrada al II trimestre de 2022 (24.6 p.p.).  Sin embargo, si se compara con los datos del I trimestre de 2023 (23.9 p.p.) las estimaciones muestran que la brecha se redujo.

Sin embargo, la brecha ajustada de desempleo entre mujeres y hombres continúa a la baja

La brecha de desempleo entre hombres y mujeres para el II trimestre de 2022 fue de 7.0 p.p, y para el II trimestre de 2023 fue de 4.2 p.p., esto significa que la diferencia en la tasa de desempleo entre una mujer y un hombre con características similares disminuyó interanualmente. Sin embargo, la reducción más fuerte se ha dado durante este año. En el I trimestre de 2023, la brecha era de 6.1 p.p. y en el II trimestre de 2023 fue de 4.25 p.p.

La brecha en las horas promedio trabajadas por sexo no cambió significativamente en el último año, aunque aumentó mensualmente

Al II trimestre de 2023, la brecha ajustada en las horas trabajadas fue de 29.9%. Es decir, en promedio los hombres trabajaron alrededor de 29.9% más que el promedio de horas trabajadas semanalmente por las mujeres. Esta cifra indica un aumento de la brecha respecto al trimestre anterior (27.6%), y una disminución con respecto al II trimestre de 2022 (30.8%).

Las brechas ajustadas en el ingreso por nivel educativo mantienen su comportamiento

Para cada nivel educativo se mide la brecha del ingreso real como el ingreso personal por cada 100 colones que recibe una persona con primaria incompleta. Como es ajustada, se comparan personas que tienen características similares (zona de residencia, edad, sexo, condición migrante y región de planificación) pero con diferentes niveles de educación.

En el gráfico se observa que para el II trimestre de 2023, las personas con primaria completa y secundaria incompleta recibieron 10.3 colones más por cada 100 colones que recibían aquellas personas que no completaron la primaria. Las personas con secundaria completa, pero sin universidad, recibieron 35.7 colones más, y las personas que finalizaron la universidad recibieron 104.7 colones más por cada 100 colones que recibían las personas con primaria incompleta. En general, el premio salarial por completar más niveles educativos se redujo interanualmente para las personas con universidad completa y para aquellas con secundaria completa y con universidad incompleta. Mientas que para las personas con primaria completa y secundaria incompleta el premio salarial se mantuvo relativamente constante en su comparación interanual.  Al comparar respecto al I trimestre de 2023, la figura muestra que los premios salariales se redujeron, especialmente para las personas con universidad completa y en menor medida para aquellas personas con secundaria completa y universidad incompleta.

Parte 4. Pobreza en Costa Rica

En los últimos meses las tasas de pobreza total y extrema han disminuido

La tasa de pobreza total aumentó 0.5 p.p. en comparación con el mismo período del año pasado, ubicándose en 22.9% en mayo de 2023. Por otro lado, la tasa de pobreza extrema pasó de registrar un 6.1% en mayo de 2022 a un 7.24% en mayo de 2023, representando un aumento de 1.1 p.p.

En general, se observa un aumento interanual de ambas tasas, con la particularidad de que la mayor parte del aumento se dio en el segundo semestre de 2022. No obstante, a partir de marzo hay una reducción de la pobreza total de alrededor de 2.7 p.p y una reducción de la pobreza extrema de alrededor de 1.0 p.p.; con lo que en términos mensuales la tendencia es a la disminución, tanto para la pobreza total como para la pobreza extrema.

La tasa de pobreza rural sigue mucho más alta que la urbana, pero se ha reducido en una forma más pronunciada desde marzo

La tasa de pobreza rural ha estado por encima de la tasa en las zonas urbanas. Además, el crecimiento en la tasa de pobreza fue mucho más marcado en las zonas rurales que en las zonas urbanas. No obstante, a partir de marzo la tasa de pobreza rural y, a partir de abril, la tasa de pobreza urbana, empezaron a caer. En términos mensuales, para ambas zonas se registra una reducción entre abril y mayo de 2023, aunque es mucho más marcada para las zonas rurales (reducción de 1.43 p.p.) que para las zonas urbanas (reducción de 0.93 p.p.). No obstante, en comparación con mayo de 2022, las tasas de pobreza estimadas indican que la pobreza aumentó más en las zonas rurales (0.9 p.p.) que en las zonas urbanas (0.3 p.p.).

Las tasas de pobreza extrema rural y urbana también se han reducido en los últimos meses

El comportamiento de la tasa de pobreza extrema por zona es similar al de la tasa de pobreza total, con la diferencia de que en ambas zonas la tasa de pobreza extrema se ha reducido desde marzo. En general, entre abril y mayo la tasa de pobreza extrema en las zonas rurales se redujo en 0.6 p.p mientras que en las zonas urbanas la reducción fue de 0.19 p.p. Sin embargo, al comparar interanualmente, se obtiene que la tasa de pobreza extrema en las zonas rurales aumentó 1.5 p.p. y la tasa en las zonas urbanas se incrementó en 0.95 p.p.

Se observa un muy leve aumento en la desigualdad durante los primeros cinco meses del 2023

Como se aprecia en el gráfico, la desigualdad de ingresos medida por el coeficiente de Gini ha fluctuado de manera estable alrededor de 0.5, por lo que los cambios mensuales suelen ser pequeños. En general, a partir de agosto de 2021 se observa un comportamiento a la baja en el coeficiente de Gini estimado (i.e una disminución de la desigualdad), no obstante, durante los primeros cinco meses de este 2023 se observa un leve incremento, alcanzando un 0.507, cifra por encima de la estimada para mayo de 2022 (0.504), lo que implica, aunque pequeño, un aumento interanual de la desigualdad.

Las transferencias sociales son claves para la reducción de la pobreza extrema

Las transferencias sociales otorgadas por las instituciones públicas ayudaron a disminuir la pobreza en el país en 2.3% de los hogares. Es decir, 40 mil hogares logran superar el umbral de pobreza gracias a las ayudas monetarias con fondos públicos. Sin embargo, el mayor impacto de las transferencias sociales es sobre 65 mil hogares en situación de pobreza extrema previo a recibir la ayuda económica y que luego de recibir la transferencia dejan de ser extremadamente pobres ya que pueden al menos satisfacer sus requerimientos mínimos alimentarios y pasan al grupo de pobres no extremos. Así como de 10300 hogares pobres extremos que se trasladan al grupo de no pobres gracias a las transferencias sociales.


Definiciones

  • Tasa de participación: Razón entre la fuerza de trabajo (mayores de 15 años o más que participan del proceso productivo o quisieran hacerlo) y la población en edad de trabajar i.e persona “residente en el país de 15 años y más que se considera apta para ejercer funciones productivas” (INEC, 2012, p. 25).
  • Tasa de desempleo: Razón entre las personas desempleadas y la fuerza de trabajo; el INEC (2021), básicamente, considera como desempleadas a las “[…] personas en la fuerza de trabajo que estaban sin empleo […], buscaron trabajo, pero no lo encontraron, aunque realizaron medidas concretas de búsqueda” (p. 30).
  • Tasa de ocupación: Razón entre las personas ocupadas y la población en edad de trabajar i.e persona “residente en el país de 15 años y más que se considera apta para ejercer funciones productivas” (INEC, 2012, p. 25).
  • Ingreso real: deflactamos por el índice de precios al consumidor, con diciembre de 2020 como año base, al ingreso percibido en el empleo principal, i.e “al que la persona dedica mayor cantidad de tiempo” (INEC, 2012, p. 26)

Referencias

Instituto Nacional de Estadística y Censos. (2012). Encuesta Continua de Empleo: métodos y procedimientos. San Pedro, Costa Rica: INEC.

IICE: optimismo del empresariado nacional bajó un punto porcentual con respecto a mayo

Los sectores de comercio y construcción mejoraron su positivismo de cara al tercer trimestre, mientras que el agropecuario, manufactura y servicios temen un panorama más sombrío

11 JUL 2023

teletrabjo disminuye
El sector agrícola es, por mucho, el más pesimista sobre sus expectativas económicas de cara al tercer trimestre del año. Así lo señalan diversos datos de la más reciente encuesta del IICE-UCR.

El Índice de Expectativas Empresariales se redujo de forma mínima (pasó de los 56,1 puntos calculados en marzo a 55,1 puntos entre mayo y junio), lo que representa un ligero retroceso que se debe analizar con detalle en los diferentes sectores consultados por la tercera Encuesta de Expectativas Empresariales de este año, realizada por el Instituto de Investigación en Ciencias Económicas (IICE) de la Universidad de Costa Rica (UCR).

La medición se realizó del 22 de mayo al 8 de junio de este año, para la cual se consultó a personas de 415 empresas.

Es importante destacar que la disminución no aplica de manera uniforme para los gremios empresariales analizados, que son comercio, construcción, manufactura, servicios y agropecuario. Mientras los dos primeros vieron mejorar su expectativa de negocios de cara al tercer trimestre (subieron su puntaje en 4,6 y 0,4, respectivamente), los otros tres sufrieron un descenso (-0,7, -2,0 y -8,1, en el mismo orden). 

IICE: Resumen de los resultados de la tercera encuesta de Expectativas Empresariales 2023

Es decir, que la mayor parte de esta reducción promedio en el Índice se debe al pesimismo que muestra el sector agropecuario que, dicho sea de paso, es el único que se puede calificar como pesimista, es decir, se mantiene por debajo del margen de los 50 puntos (42,2). En cambio, los sectores más optimistas hacia el tercer trimestre son también comercio (61,1 puntos) y construcción (61,0), seguidos de manufactura (55,9), y servicios (55,2).

Cabe destacar además que, para este tercer trimestre, el Índice es mejor que el promedio de los terceros trimestres de los años más recientes.

Casi una cuarta parte del empresariado contrató nuevo personal

En el empleo existen buenas y malas noticias. Si se inician por las positivas, se puede afirmar que, en el segundo trimestre de este año, el 23,8 % de las empresas contrató nuevo personal. Es decir, casi una de cada cuatro empresas amplió su planilla.

La que puede llamarse “mala noticia” es que esta bonanza de contrataciones no continuaría a un ritmo similar para el tercer trimestre, ya que solo un 17,8 % de las personas consultadas afirmaron que aumentarían el número de colaboradores (sobre todo en empresas grandes y medianas que confían en el éxito de sus proyectos y en la estabilidad del mercado), contra un 27 % que había afirmado lo mismo para el segundo trimestre.

Este fenómeno hizo que la gran mayoría del empresariado pronostique que no hará ni contrataciones ni recortes (un 72,5 %), número que aumentó considerablemente con respecto al estudio que hizo esta misma consulta en el segundo trimestre (64,6 %). De hecho, al menos el 63 % de cada uno de los cinco sectores analizados dijo que esta sería la decisión que tomaría.

Son varias las razones que esgrime la mayoría de negocios para mantener sin cambios a su personal. Por ejemplo, señalan que no hay disponibilidad de mano de obra adecuada, los costos de producción y de salarios, la situación actual y futura de la economía del país, la capacidad instalada y la demanda local.

En cambio, quienes afirman que despedirán personal crecieron 1,9 puntos porcentuales y ahora suman el 8,4 % de la muestra. Su justificación: altos costos en las materias primas, las cargas sociales, la fuerte competencia y por razones de temporalidad del año.

Si se toma en cuenta a los sectores, se observa que servicios es el que parece que tendrá más estabilidad en su planilla (77 %), mientras que el de construcción sería el que contrataría más personal (31 %). En cambio, la mala perspectiva del sector agropecuario para sus negocios en este tercer trimestre también se ve reflejada en la posibilidad de despedir trabajadores: así lo afirmó el 18 %, siendo así el sector que más salida de personas prevé.

Una buena noticia adicional es que el balance global de contratación para este tercer trimestre del 2023 (9,4 %) es mejor que el promedio para los terceros trimestres de los últimos 13 años. No obstante, la parte negativa de este resultado es que el balance cayó en 11,1 puntos porcentuales con respecto al segundo trimestre de este año y también bajó interanualmente, ya que el tercer trimestre del 2022 tuvo un 10,5 %.

Perspectiva de ventas y producción también reportan baja en positivismo 

En términos generales, la muestra consultada afirmó que las ventas o la producción continuarán aumentando (42 %, ligera baja con respecto al segundo trimestre, que fue del 49 %) o que al menos se mantendrán (41 %) y solo un 15 % comentó que cree que se reducirán (13 % en el estudio anterior).

El mayor optimismo se observa en el sector de comercio, donde el 57 % de su empresariado dijo confiar en que las ventas aumentarán (mismo porcentaje del estudio pasado), seguido nuevamente del de construcción (53 %). 

En cambio, otra vez el porcentaje más pesimista lo tiene el agropecuario, donde el 42 % dijo presentir que su producción y ventas caerán. Esto representa un aumento considerable con respecto al análisis del segundo trimestre, donde solo el 16 % de este mismo sector dijo creer que las ventas mermarían.

Ventas y producción según sector

Si se saca el balance de las respuestas, (diferencia entre opiniones positivas y negativas) se obtiene que el de agropecuario, manufactura y servicios reportaron una baja considerable de este balance, tendencia que se mantiene en el último año. El sector construcción prácticamente no tuvo ningún cambio y el único que se inclinó hacia un panorama más favorable es el de comercio.

Las utilidades se mantendrían o aumentarían

En promedio, el 45 % de las personas encuestadas afirmó que las utilidades de su negocio se mantendrían, seguidos del 36 % que dijo esperar que estas aumentarán y solo el 17 % se mostró pesimista y consideró que disminuirían.

Con la clara excepción del agro, donde el 42 % se mostró negativo y considera que sus utilidades caerían, los otros cuatro sectores tienen perspectivas más neutras o positivas. Nuevamente, el empresariado de comercio (48 %) y construcción (44 %) son los dos que observan un mejor futuro para este rubro.

Expectativas por sector económico

Haciendo el balance entre opiniones favorables y desfavorables, existe un mayor optimismo sobre las utilidades en el comercio y un aumento mínimo en el sector de manufactura con respecto al trimestre pasado. No obstante, sectores como construcción, servicios y notablemente el agropecuario vieron caer sus promedios en relación con la última medición.

Competitividad económica con aires positivos

El panorama de la posición competitiva de las empresas es mayoritariamente halagüeño. Solo el 5 % de la muestra dijo esperar que la competitividad de su negocio empeore para el tercer trimestre de este año, mientras que el 51 % afirmó que esta se mantendrá igual y el 43 % aseguró que mejorará.

Desagregando este resultado por sectores, se obtiene que, nuevamente, el más negativo es el agro, donde el 16 % espera una reducción en su competitividad. No obstante, la mayor parte de personas que se desempeñan en esta rama cree que la competitividad de su negocio será la misma a la del trimestre anterior y casi el doble (un 29 %) afirma incluso que mejorará.

El sector más positivo en este aspecto es, de nuevo, el de comercio. Ahí, el 54 % de sus propietarios consideró que la situación mejorará, seguido de construcción (47 %), manufactura (44 %) y servicios (39 %). Este último es el que afirma con más vehemencia que la competitividad será la misma (56 %).

Expectativas de competitividad por sector

En el balance de estas respuestas por sectores en comparación con el último año, se observa que es en comercio y manufactura donde hay una tendencia más positiva. Estos mismos grupos también tienen un nivel por encima del promedio anual (12 y 3 puntos porcentuales, respectivamente).

Solo el 18,8 % de las empresas invertirán en sus negocios

Las intenciones de adquisición de herramientas y equipos de trabajo, infraestructura, maquinaria, tecnología, entre otros materiales de trabajo, para el tercer trimestre permanecieron prácticamente igual que en el último estudio.

La gran mayoría del empresariado (78 %) dijo que evitará invertir en nuevas herramientas, mismo que señaló que solo ejecutaría compras que sean indispensables para la operación de sus negocios. Solo el 18,8 % sí expresó intención de adquirir este tipo de activos.

El sector que más planea destinar recursos a este tipo de adquisiciones es el de servicios (22 %, el único que mejoró su perspectiva con respecto a la encuesta pasada, con 1,8 puntos porcentuales) mientras el que está más reacio a hacerlo es el agropecuario (83,6 %, caída de 6,1 puntos).

Empresariado espera un tipo de cambio estable

El sostenimiento en el valor del dólar con respecto al colón entre julio y setiembre es lo que más prevalece en las predicciones de la encuesta, posiblemente motivado por la estabilidad en esta moneda en los últimos meses, la cual mantuvo un valor promedio de 545,2 colones en su venta durante la aplicación de la encuesta. Así lo espera el 45,3 % de las respuestas, lo que significa un importante crecimiento de 8,1 puntos porcentuales con respecto al análisis anterior, donde este grupo significó el 37,2 %. 

Del total de las opiniones que esperan estabilidad, un tercio afirma que esta situación no afectará la competitividad de sus empresas, mientras el 33,8 % afirma que sí lo hará. Ese mismo porcentaje representa a quienes consideran que más bien los beneficiará.

Quienes esperan un encarecimiento del tipo de cambio pasaron del 42,4 % en el segundo trimestre a un 34 % para el actual (se redujeron en 8,4 puntos), mientras quienes creen que la moneda norteamericana perderá aún más su valor también decrecieron en 1,2 puntos y pasaron de ser el 13 % en el segundo trimestre al 11,8 % en el tercero.

Desagregados por sectores, el que espera un mayor aumento del dólar es el agropecuario (42,1 %), mientras que el de servicios es el que más considera que puede haber un abaratamiento de ese valor (15,7 %). Finalmente, el que más considera que el costo de la moneda estadounidense será el mismo de los últimos meses es el de manufactura (54,5 %).

Comportamiento del tipo de cambio por sectores

Si se separan las opiniones entre las empresas exportadoras y no exportadoras, se observa que las primeras tienen una consideración más positiva con respecto al efecto que tendría una eventual estabilización en el valor del dólar para el trimestre que recién inicia (43,3 %), mientras para las segundas, este fenómeno sería sobre todo negativo (37,6 %).

En la encuesta también se consultó al empresariado de actividades agropecuarias o manufactureras si exportaban o no sus productos, y si lo hacen, cuánto de su producción venden fuera del país. En este sentido, el 22,4 % dijo ser exportador. De este porcentaje, el 42 % aseguró que exportaba menos de una cuarta parte de su producción, mientras el 15 % lo hace con más de la mitad y el 40 % exporta entre el 25 y el 50 %.

Precios permanecerían estables: así lo esperan las empresas

Siete de cada 10 personas encuestadas auguran precios sin movimiento para los meses entre julio y setiembre. Este dato es mayor al que presagiaba el empresariado para el segundo trimestre (62,2 %). En cambio, solo un 19 % espera que los precios aumenten y únicamente el 8 % confía en que disminuyan.

Si es por sectores, el que prevé un mayor aumento en los precios es el de construcción (31 %), muy por encima del resto. Caso contrario, el que aguarda una disminución más importante y también muy por encima del resto es el agropecuario (26 %), mientras que el que confía en una mayor estabilidad es el de manufactura (77 %).

En balance, el empresariado nacional muestra una caída de la expectativa de los precios en comparación con el segundo trimestre del año pasado. Mientras que en el estudio anterior este balance neto fue del 17,6 %, en esta oportunidad este indicador llegó al 11,3 %, es decir, sufrió una erosión de 6,3 %.


Periodista: Pablo Mora Vargas
Oficina de Divulgación e Información
pablo.moravargas@ucr.ac.cr

País enfrenta poco crecimiento en la ocupación y más gente inactiva en el mercado laboral

IICE: Análisis del mercado laboral y la pobreza en Costa Rica

3 MAY 2023

teletrabjo disminuye
Miles de personas continúan buscando trabajo en ferias de empleo en el país. Solo el 51,9 % de la población en condiciones y edades de trabajar está realmente laborando. (Imagen con fines ilustrativos).
Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

Casi siempre se asocia un descenso en el desempleo con la contratación de más personas en empresas e instituciones, o con la creación de más emprendimientos. Pero, en estos últimos meses, esta no ha sido la principal razón. 

Según el informe Análisis del mercado laboral y pobreza en Costa Rica, que presentó este miércoles 3 de mayo el Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas (IICE) de la Universidad de Costa Rica (UCR), el motivo principal de esta baja en el desempleo pareciera ser un repunte de la tasa de inactividad (personas mayores de 15 años que no están laborando pese a tener las capacidades para poder trabajar) desde los meses abarcados entre agosto y octubre del año pasado (ASO 2022) a los comprendidos entre diciembre del 2022 y febrero del 2023. 

En porcentajes concretos, la tasa de inactividad pasó de un 39,7 % en los primeros tres meses señalados (ASO 2022) a un 41,7 % en el último trimestre evaluado, lo que hace a la inactividad reciente incluso más alta de la que presentaba el país antes de la pandemia del Covid-19. Como suele ser (lamentablemente) habitual, este porcentaje aumenta entre las mujeres y se ubica en un 54 %. 

VER TAMBIÉN: IICE: Número de personas pobres en Costa Rica aumentó durante el segundo semestre del 2022

Lo curioso es que, pese a lo anterior, según los datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) utilizados por el IICE para este estudio, el desempleo muestra una leve disminución en los últimos meses analizados, pasando de un 12 % entre julio y setiembre del año pasado a un 11 % en el último trimestre  evaluado. Nuevamente, este porcentaje es mayor entre las mujeres (14,1 %) que entre los hombres (8,9 %).

Aún más alarmante es saber que, apenas, poco más de la mitad de la población nacional en edades y condiciones para trabajar estuvo realmente laborando (tasa de ocupación) en el trimestre comprendido entre diciembre del 2022 y febrero del 2023. En números porcentuales estas personas abarcan un 51,9 % de toda la masa laboral posible, cifra que es similar a la de los semestres anteriores. Ahí, nuevamente, las mujeres tienen una tasa de ocupación menor (39,8 %) que la de los hombres (64,0 %).

Daniela Córdoba Solano, investigadora del IICE: incremento en tasa de inactividad en Costa Rica

Sueldos en descenso 

Otra mala noticia se suma: los salarios medianos que gana la población costarricense han venido a la baja desde el inicio de la pandemia, hace tres años. A manera de ejemplo, mientras en el primer trimestre del 2020 el salario mediano en el país era de 1324 colones por hora en términos reales, actualmente es de 1210,4 colones por hora. Si nos basamos en una jornada de 48 horas semanales, esto sería igual a unos 250 mil colones mensuales.

Ahora bien, el valor del trabajo por hora varía dependiendo de si se trata de empleos formales o informales. Quienes se desempeñan en los primeros reciben un salario de 1437,9 colones la hora (aproximadamente, 295 mil colones al mes), mientras que quienes lo hacen en la informalidad reciben apenas 902,5 colones por hora (alrededor de 185 mil colones mensuales). Es decir, la diferencia entre el salario formal e informal sería de 110 mil colones.

La noticia esperanzadora de este apartado es que la brecha salarial entre hombres y mujeres que tienen trabajos en condiciones similares (como edad, lugar donde viven, entre otras) disminuyó considerablemente en los últimos tres trimestres del 2022. Para el segundo trimestre del año pasado las mujeres ganaban 77,6 colones por cada 100 colones que recibían los hombres, pero para el cuarto trimestre del 2022 la diferencia se redujo y las trabajadoras ganaban 87,11 colones por cada 100 del género masculino.

Daniela Córdoba Solano, investigadora del IICE: brecha de ocupación por género y resumen general

No obstante, esta diferencia de casi 13 colones entre géneros es considerable en comparación con la que hubo durante el pico de la pandemia – en el tercer trimestre del 2020 – cuando las mujeres ganaban 93,4 colones por cada 100 de los hombres. Este fenómeno no duró mucho, pues luego la cifra cayó por debajo de los 80 colones durante todo el 2021.

La diferencia entre los ingresos que perciben los pobladores de las zonas urbanas versus aquellas personas que habitan en la ruralidad también ha venido disminuyendo, aunque de forma irregular, desde el 2018. Mientras que en el primer trimestre de aquel año la población trabajadora de zonas rurales ganaba menos de 90 colones por los 100 que recibía una persona citadina, en el cuarto trimestre del 2022 este dato llega a 95,6 colones de salario entre la gente de área rural frente a los 100 colones de la urbana.

La brecha laboral ajustada entre hombres y mujeres se reduce

Si se comparan los datos del primer trimestre del 2018 con los del cuarto del 2022, se observa que cada vez hay menos diferencia en la participación laboral entre mujeres y hombres. 

De acuerdo con los cálculos del IICE, mientras hace cinco años la brecha de participación era cercana a los 30 puntos porcentuales, en la medición más reciente esta desciende a los 23,89 puntos; es decir, se redujo alrededor de 6 puntos porcentuales en cinco años (eso sí, con altibajos durante este periodo).

Pero no ocurre lo mismo con la brecha de desempleo entre ambos géneros (más mujeres desempleadas que hombres). Ahí la diferencia sí ha aumentado en ese mismo periodo. Mientras en el primer trimestre del 2018 la relación era de alrededor de 5 puntos porcentuales, los últimos datos del 2022 señalan que esa cifra creció hasta 8,12 puntos

Si se toma como referencia el primer trimestre del 2022, se observa que también hubo un pequeño aumento, ya que en aquel momento la diferencia rondaba los 7,8 puntos. No obstante, cabe destacar que esta brecha ha tenido importantes alzas, sobre todo en los momentos más crudos de la pandemia, cuando se acercó a los 13 puntos en el III trimestre de 2020.

En cuanto a las horas semanales realizando trabajos no domésticos por género, los hombres tienden a laborar 31,63 puntos porcentuales más que el promedio de horas de las mujeres. Este número ha variado poco desde el primer trimestre del 2021.

Con respecto al tipo de empleo en el que se desempeñan las personas con mayor vulnerabilidad social (primer decil), más de nueve de cada 10 individuos que se ubican en este rango trabajan en actividades informales o de subsistencia. De hecho, el 60 % de la gente ocupada en la informalidad trabaja sin tener un salario estable (54 213 personas). Esto significa que esta población no tiene acceso al seguro social, a cotizar para una pensión y, mucho menos, a vacaciones o a aguinaldo.

Luis Oviedo Carballo, investigador del IICE: empleo informal sobresale en sectores vulnerables

Periodista: Pablo Mora Vargas
Oficina de Divulgación e Información
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