”Quiero reforzar la investigación empírica en macroeconomía, políticas sociales, medio ambiente y salud pública” Dr. Juan Robalino Herrera

El Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas de la UCR inició este 2021 bajo la dirección del Dr. Juan Robalino

09 MAR 2021

El Dr. Juan Robalino actualmente se encuentra en el Régimen Académico de la UCR ha impartido los cursos de Economía Pública y Economía Política, en la Escuela de Economía. Foto Karla Richmond.

Hoy más que nunca es necesario el análisis profundo, objetivo y solidario en los temas económicos, los cuales impactan directamente en múltiples sectores de la sociedad. Se trata de una labor de investigación fundamental, que brinda los insumos requeridos para la toma de decisiones y la búsqueda incesante de robustecer la economía del país.

En el Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas (IICE) de la Universidad de Costa Rica (UCR), se realizan año con año y desde su fundación en 1955, diversos estudios con el objetivo de aportar en el desarrollo equilibrado e integral de la sociedad costarricense.

Estos análisis incluyen los temas más actuales, como por ejemplo el impacto de la pandemia por el COVID-19 en la economía o cómo entender la reforma fiscal que puso en práctica el actual Gobierno de la República.

De ahí que el quehacer del IICE UCR resulte primordial para que el país defina su rumbo económico, a sabiendas de que tal decisión influye enormemente en todas las demás áreas que le componen.

Nueva jefatura, nuevos retos

Desde el 1 de febrero pasado, el Dr. Juan Andrés Robalino Herrera es quien lidera el IICE UCR, al pasar de la subdirección a la posición de director del Instituto. Ahora, resulta interesante conocer un poco más sobre sus ideas y propuestas que tiene en mente implementar.

¿Qué lo motivó a asumir el reto de dirigir el IICE?

JRH: “Como investigador uno siempre atesora y trata de proteger el tiempo que se le dedica a la investigación. Por eso siempre había tratado de huir de las laboras administrativas. Sin embargo, hace algunos años el director anterior, Jose Cordero, me pidió apoyo como subdirector del IICE.

Ese periodo me permitió conocer a fondo el Instituto, su equipo y sus funciones. Me di cuenta que desde la parte administrativa uno puede facilitar los procesos de investigación y también tener un gran impacto.

El material humano que existe en el IICE es muy rico, es por eso que el impacto de asumir esas tareas administrativas iba a ser bastante alto y clave para la Universidad y el país.

Además, desde el punto de vista científico, era una oportunidad para desarrollar y articular algunos temas de relevancia nacional y actualizar el uso de algunos métodos, que ya son de uso común afuera, pero que nos estaba tomando algún tiempo adoptarlos en algunas de las ramas de la disciplina.”

¿Cuáles son las metas que busca cumplir durante su gestión al frente del IICE?

JRH: “La meta general es modernizar el IICE, tanto desde el punto de vista administrativo como técnico. En la parte administrativa la pandemia generó muchos cambios, algunos fueron positivos por lo que tenemos que aprovechar ese aprendizaje para tratar, en la medida de lo posible, de mantenerlos.

Pero los cambios negativos también pueden ser útiles, ya que nos obligan a poner las barbas en remojo para fortalecer esos procesos y mejorarlos, inclusive con respecto a lo que sucedía antes de la pandemia. Creo que el reto al que nos enfrentamos puede ser más bien una oportunidad para mejorar. Desde la parte técnica, mi interés es crear y fortalecer algunas líneas de investigación que son relevantes para el país.”

“La meta es modernizar el IICE,

tanto lo administrativo como lo técnico.”

¿Cuáles líneas de investigación reforzará o cambiará?

JRH: “Saqué el doctorado en un momento en el que la disciplina, sobre todo en temas microeconómicos, empezó a enfocarse en asegurarse que las estimaciones de los efectos causales sean lo más precisas posibles.

A partir de ahí, tomaron mucho auge los métodos experimentales y quasi-experimentales. A pesar de que la economía siempre se ha distinguido por el alto uso de la matemática y la estadística, estos nuevos métodos no eran muy comunes hasta finales de los noventa.

Desde antes de salir a estudiar, siempre había tenido esa inquietud y cuando empecé a ver que esos esfuerzos agarraban fuerza me identifiqué totalmente con ese movimiento.

Ahora, ya es parte del mainstream de la economía, incluyendo algunos premios Nobel que se entregaron en el 2019 a científicos que jugaron un papel clave, al utilizar y desarrollar estos métodos para responder preguntas de desarrollo económico.

Mi llegada al país se juntó con la llegada de otros investigadores que manejaban el tema, y también llegó un mandato de varios organismos internacionales de promover los temas de evaluación de políticas públicas en la región.

Esto fortaleció la formación de investigadores a nivel local en estos métodos y se empezaron a utilizar en forma más generalizada, para responder preguntas relacionadas con la efectividad de algunas intervenciones públicas, tanto en la parte social como ambiental.

Volviendo a la pregunta inicial, lo que quiero es reforzar está temática dentro del IICE tanto en lo que tiene que ver con investigación empírica en macroeconomía, políticas sociales (mercado laboral, temas de pobreza, educación etc.), como ambientales (conservación y cambio climático, entre otras) y de salud pública.

El movimiento del que les hablé llegó un poco más tarde a los temas macroeconómicos. Sin embargo, en los últimos 15 años también ha habido un desarrollo muy fuerte en ese sentido en los institutos de punta en Estados Unidos y Europa.

Quiero impulsar esa parte en las investigaciones macroeconómicas del Instituto. Esto va a requerir un tiempo en desarrollarse, pero creo que será clave para el país. Inclusive iniciar la discusión técnica sobre cómo estimar en forma adecuada las relaciones macroeconómicas ya puede tener implicaciones importantes sobre el uso de diferentes instrumentos de política macro.”

Algunas de las publicaciones científicas que ha realizado el Dr. Juan Robalino han abordado temáticas como la deforestación y su impacto en el desarrollo; y las políticas de conservación ambiental. Foto Anel Kenjekeeva.

¿Cómo describiría al equipo de trabajo que integra al IICE?

JRH: “Para mí, la verdad es un honor ser parte de este equipo como director. De hecho, fue una de las razones por las que me animé a tomar este reto. El equipo administrativo es súper eficiente y con mucha iniciativa.

Esto nos facilita el trabajo increíblemente y nos permite concentrarnos en los temas relevantes. Por otro lado, todos y todas en el equipo de investigación tienen el ´gusanito` de la curiosidad, que hace que el trabajo conjunto sea súper estimulante.”

“La producción científica del IICE ha generado incidencia

en la toma de decisiones de políticas económicas.”

¿Cuáles son los aportes que le brinda al país la labor que ustedes realizan en el IICE?

JRH: Históricamente, el IICE ha sido clave para el país. Fue uno de los primeros centros de investigación de la UCR. Siempre ha tenido lazos muy fuertes con los tomadores de decisiones, lo que ha hecho que su producción científica haya generado incidencia en la toma de decisiones de políticas económicas.

En los últimos años en específico hemos trabajado en temas macroeconómicos de relevancia, relacionados con las finanzas públicas y los efectos de la pandemia en la economía.

Los proyectos que generan información sobre cómo va a estar la economía (pronóstico y expectativas) tienen muchos usuarios fuera de la Universidad. Además, en temas más micro, también hemos participado apoyando al PANI (Patronato Nacional de la Infancia) y en colaboración con UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia), para generar una metodología que cuantifique la inversión que el Estado hace en niñez y adolescencia.

Hemos apoyado generando información clave sobre el sector agrícola y sobre el mercado laboral, que ha sido utilizada por diversas instituciones públicas para elaborar sus políticas.

Esto ha ocurrido solamente en los últimos dos años y seguro estoy olvidando cosas, pero mi interés es mantener esos lazos con las entidades que demandan la evidencia que generamos. Quiero que la comunicación sea en ambos sentidos, para poder definir preguntas de investigación relevantes.”

“Hemos generado información clave que ha sido utilizada por diversas instituciones públicas para elaborar sus políticas.”

Formación académica y gustos personales

¿Cuál es su formación universitaria y experiencia docente?

JRH: Estudié economía en la Escuela de Economía de la UCR. Luego salí del país para obtener el doctorado en Columbia University, en Nueva York, donde también realicé un postdoctorado en el Earth Institute.

Mientras estaba haciendo el postdoctorado, también impartí lecciones en el Departamento de Economía de Clark University, en Massachussets. Luego, se abrió una oportunidad para trabajar en el CATIE (Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza) y regresar a Costa Rica.

Allí estuve trabajando como investigador y docente, y todavía tengo lazos de investigación a través de la iniciativa EfD, que tiene centros alrededor del mundo y se enfoca en temas de investigación ambiental y desarrollo económico.

En el CATIE impartí clases de métodos cuantitativos en la Maestría de Cambio Climático, Economía y Sociedad por varios años. Luego, salió la opción de entrar a la Escuela de Economía de la UCR como docente en el 2010, primero ad-honorem y después en propiedad.

He dado clases de Microeconometría, pero mi curso favorito es el de Economía Pública en el que se discute sobre el rol de la economía y el Estado, fallas de mercado, economía política y otro montón de temas relevantes, que hacen que se pueda implementar todo el material que los estudiantes aprenden en los primeros años en cuestiones claves para el país y la sociedad en general.”

¿Cómo fue su proceso de ingreso a estudiar en la UCR? ¿Desde cuándo y por qué se interesó en la economía como carrera universitaria?

JRH: “Lo que responden muchos economistas: se me facilitaban las matemáticas y tenía algunas preocupaciones sobre la sociedad. Realmente, eso fue lo que pensé. En el primer año uno tiene muchas dudas, porque toma una decisión que tiene consecuencias permanentes y ese primer año no es el más divertido de la carrera.

Pensé que lo mejor era seguir para ver qué tal eran los siguientes cursos. Se ponía un poco más interesante y seguí hasta que de pronto ya estaba terminando el doctorado. En ese proceso, me familiaricé con la economía como disciplina, sus fortalezas y debilidades, y me encanta a pesar de sus retos. Como investigador, siento que se tiene la oportunidad de mejorar la disciplina.”

“Cuando estaba estudiando fuera del país,

pensaba siempre en la buena formación que había recibido en la UCR.”

¿Qué le gusta hacer cuando no está en su trabajo? ¿Cuáles son sus pasatiempos favoritos?

JRH: “Me gusta hacer cosas que no me permitan seguir dándole vuelta a las cosas del trabajo, que me consuman toda mi atención. El deporte me da esa oportunidad.

Me gusta mucho nadar y actividades de ese tipo en el mar, pues allí hay que estar concentrado todo el tiempo en lo que estás haciendo. Es muy bonito porque uno además se conecta con la naturaleza. Mi hijo ya se está haciendo grande, entonces aprovecho para compartir esas actividades con él.”

— ¿Qué significa la UCR para usted?

JRH: “Como estudiante siento que me abrió la mente en un montón de dimensiones y no solamente en las clases, también debido a la interacción con compañeros de diferentes origines y con diferentes experiencias; ellos ahora son amigos y todavía mantengo contacto.

Además, cuando estaba estudiando fuera del país, codo a codo con estudiantes que venían de las mejores universidades de Estados Unidos y Europa, pensaba siempre en la buena formación que había recibido en la UCR. Esto no siempre se logra dimensionar.

Cuando regresé y se generó la opción de impartir clases, la tomé en seguida. Ver la expresión de los estudiantes cuando entienden algo, es de las cosas más gratificantes que se pueden sentir al pertenecer a una universidad.

Creo que en ellos, al igual que en mí, la UCR ha hecho una diferencia en nuestras vidasEl rol de la UCR en nuestra sociedad ha sido clave en formas que inclusive son muy difíciles de medir.”


Periodista: Otto Salas Murillo
Periodista, Oficina de Divulgación e Información
otto.salasmurillo@ucr.ac.cr

Expertos critican los errores en el proyecto de Ley de Empleo Público

El Estado destina la mitad de sus ingresos al pago de salarios y existe una justificación para organizar los sueldos del sector público. No obstante, el proyecto tiene yerros importantes que deben corregirse

01 FEB 2021

M.Sc. Francisco González Alvarado, presidente del Conare y Rector de la Universidad Nacional de Costa Rica.

Un grupo de profesionales convocados por el Consejo Nacional de Rectores (Conare) criticó las inconsistencias y las omisiones estructurales del proyecto de Ley de Empleo Público, el cual se discute en este momento en la Comisión de Gobierno y Administración de la Asamblea Legislativa.

El análisis se realizó como parte del “Foro virtual sobre empleo público”, que reunió a cinco representantes de las universidades públicas congregadas en Conare. El evento se transmitió este viernes 29 de enero en horas de la mañana, vía Facebook Live en https://www.facebook.com/ConsejoNacionaldeRectores.

La ley cifra ocho “familias” o categorías de trabajadores estatales, agrupadas según el tipo de puesto. De aprobarse la ley, los funcionarios públicos tendrían la opción de adherirse al salario global de su categoría (en caso de percibir un monto menor) o de permanecer con el sueldo actual. No obstante, si la persona prefiere mantener su salario actual – mayor al del su categoría -, este se congelaría hasta que quede nivelado y su único aumento sería el que se fije por costo de vida, una vez que sea alcanzado por el monto global.

Los expertos además argumentaron que la iniciativa desincentiva la competitividad académica, se establece una injerencia inconstitucional de entes políticos en la planificación de los recursos humanos de instituciones autónomas y que aún no sabe aún cuál sería el monto al que aspirarían los trabajadores estatales en este escenario, entre otros cuestionamientos más.

El actual presidente de Conare y rector de la Universidad Nacional (UNA), Francisco González, señaló que la iniciativa tiene “debilidades internas, contradicciones propias y ausencias centrales”. Lo anterior, debido a que envuelve a todos los académicos en un salario global único. Con ello se afecta la competitividad educativa y expone a las universidades públicas a una eventual “fuga de cerebros” hacia otras universidades internacionales o empresas privadas.

En cuanto a los aspectos legales, la directora de la Oficina Jurídica de la Universidad Estatal a Distancia (UNED), Ana Lucía Valencia, señaló que el texto desconocería las muchas particularidades del sector docente, como lo son la preparación académica y el tipo de labor anexa que realizan (investigación o acción social).

Además, si los empleados públicos que ganan menos se pasan a salario global, esto significará una erogación mayor por parte del Estado”, expresó Valencia, aduciendo que se trataba de un contrasentido en un contexto de crisis económica como el actual. 

Dr. José Antonio Cordero, MAE Nelson Ortega Jiménez, Lic. Ana Lucía Valencia González, Dr. Giovanni Beluche Velásquez y Dra. Shirley Benavides Vindas. Formaron parte del foro sobre Empleo

Otro aspecto señalado por Valencia es que, por orden constitucional, el Fondo Especial para la Educación Superior (FEES) no decrecerá, por lo que el dinero no destinado a los aumentos salariales tampoco pasará al presupuesto nacional, quedando de todos modos en las arcas de las universidades públicas.

Por su parte, el director del Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas (IICE) de la Universidad de Costa Rica, José Antonio Cordero, aceptó que el Estado destina la mitad de sus ingresos al pago de salarios y que existe alguna justificación para organizar los sueldos del sector público. No obstante, aseguró que el proyecto tiene yerros importantes que deben corregirse.

“El sistema de pluses ha generado un aumento escalonado y el crecimiento de la planilla se ha vuelto descontrolado, no podemos tapar el sol con un dedo. Pero se parte del supuesto de que todos los incentivos son automáticos y hay muchos de estos beneficios que se basan en la productividad, como el sistema de régimen académico, que toma en cuenta aspectos como publicaciones o servicio a la institución”, manifestó Cordero.

El director del IICE-UCR además criticó que el proyecto no tiene una metodología lo suficientemente clara. Insistió en que tampoco dice cuáles son los criterios jurídicos para fundamentar varios de sus artículos y aumenta el riesgo de que sean solo las personas menos calificadas las que quieran trabajar con el Estado, debido a un esquema salarial poco atractivo.

Por su parte, la directora de la Escuela de Economía de la UNA, Shirley Benavides, advirtió que la inexperiencia de la Dirección General del Servicio Civil, nueva rectora del empleo público, en temas de administración universitaria haría que no se tomen en cuenta la estrategia ni la dirección de política pública propias de un centro académico superior.

“Con este proyecto no se han discutido los cambios estructurales profundos para generar el bienestar que la Constitución Política solicita”, manifestó Benavides.

Según los cálculos hechos por Ana Lucía Valencia de la UNED, en Costa Rica existen alrededor de 270 000 empleados públicos que se verían afectados por esta ley, en caso de aprobarse.


Periodista: Pablo Mora Vargas
Periodista, Rectoría
pablo.moravargas@ucr.ac.cr

Costa Rica cuenta con una metodología para la estimación de los recursos públicos dedicados a la protección de los derechos de los niños, niñas y adolescentes

El trabajo se realiza de manera conjunta entre Unicef, PANI y el IICE de la Universidad de Costa Rica

26 ENE 2021

Con el apoyo del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), el Patronato Nacional de la Infancia (PANI) y el Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas (IICE) de la Universidad de Costa Rica (UCR) crearon la herramienta denominada Desarrollo de una propuesta metodológica y de una hoja de ruta para la medición de los recursos destinados a la niñez y adolescencia en Costa Rica”, lo que le permite, contar por primera vez, con información sobre la inversión pública en esta población.

Este instrumento promueve la eficacia, la eficiencia, la equidad, la transparencia y la sostenibilidad en la toma de decisiones relacionadas con presupuestos públicos para hacer efectivos los derechos de las personas menores de edad, según lo estipula la Observación número 19 del Comité sobre los Derecho del Niño (CRC, por sus siglas en inglés).

“Esta herramienta permite, por primera vez, medir la inversión y el gasto público que hacen más de 60 instituciones del Estado costarricense en la niñez, define una hoja de ruta para la desagregación por focalización, función, grupo de derechos, franja etaria y sexo. Esto permite la toma de decisiones informadas para garantizar el cumplimiento de derechos de los niños, niñas y adolescentes y cumplir con la disposición 19 sobre presupuestos públicos del Comité de los Derechos del Niño”, indica Gladys Jiménez, ministra de Niñez y Adolescencia.

Gasto público en niñez y adolescencia en 2018 equivalente al 8.3 % del PIB

Para la representante de Unicef en Costa Rica, Patricia Portela de Souza, contar con esta metodología también significa un aporte significativo en la toma de decisiones.

“Contar con herramientas que nos indiquen cuánto y cómo se invierten los recursos públicos destinados a la niñez y a la adolescencia es de gran importancia para nosotros porque nos permite tomar decisiones asertivas en nuestra labor de seguir trabajando por la disminución de las brechas y las desigualdades sociales en niñas, niños, adolescentes y jóvenes”, indica la jerarca.

La M. Sc. Lucía Contreras Ramírez, investigadora del Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas de la Universidad de Costa Rica, entrega los resultados de su estudio “Desarrollo de una propuesta metodológica y de una hoja de ruta para la medición de los recursos destinados a la niñez y adolescencia en Costa Rica”.

El desarrollo de la metodología parte de experiencias internacionales previas y la información disponible de gasto público y beneficiarios en Costa Rica para el 2018. La elaboración del estudio se caracterizó por ser altamente participativo y por arrojar datos interesantes sobre la desagregación del gasto público según nivel de focalización, por función, por grupo de derechos según la CDN, por franja etaria y por sexo en el país.

Principales hallazgos para 2018

  • Se estimó que el total de recursos públicos dedicados a la niñez y adolescencia fue de 2. 669 miles de millones de colones, equivalente al 8.3 % del PIB, y en promedio casi 2 millones de colones por persona menor de edad.
  • Los recursos públicos anuales promedio destinados a persona menor de 5 años se estimaron en 1.7 millones de colones, en 2.2 millones entre 6 y 11 años, y en 2.3 millones por persona menor de edad entre 12 y 17 años. Del total de recursos, el 23,5 % fue dirigido a personas menores de 5 años, el 36,1 % a personas menores de edad con entre 6 y 11 años, y el 40,3 % a personas menores de edad con entre 12 y 17 años.
  • Según sexo, el 50,4 % se dirigió a las mujeres y el 49,6 % a hombres.
  • Los resultados desagregados según función del gasto son los siguientes:
  • 60, 6 % Educación
  • 20, 6 % Salud
  • 7,8 % Justicia, seguridad y servicios electorales
  • 6,8 % Protección social
  • 3,1 % Vivienda y otros servicios comunitarios
  • 0,6 % Servicios recreativos, deportivos y de cultura
  • 0,4 % Protección del medio ambiente
  • 0,1 % Ciencia y tecnología
  • La desagregación según grupo de derechos de la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), arroja que el 63,9 % de los recursos contribuyó al derecho al desarrollo, el 26,3 % al de supervivencia, el 9,2 % al de protección, y el 0,6 % al de participación.

“Uno de los más importantes objetivos de la metodología desarrollada es el poder replicar periódicamente, de manera sostenible en el tiempo, la medición del gasto público en niñez y adolescencia en Costa Rica. Para garantizar dicha sostenibilidad, es necesario organizar el proceso de recolección de datos y de aplicación de la metodología”, indica Juan Robalino, subdirector del Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas (IICE) de la UCR, ente encargado del desarrollo de la metodología.

Para alcanzar este objetivo y con el fin de promover la institucionalización y aplicación periódica de la metodología, el IICE presentó la hoja de ruta para la implementación futura de la metodología que designa y caracteriza los roles de las instituciones que formarán parte del proceso y sus colaboradores, y propone un cronograma de recolección de datos y de desarrollo del cálculo a seguir año con año.

Es así como se establece que el PANI será la institución a cargo de la cuantificación anual de los recursos públicos destinados a la niñez y la adolescencia, siguiendo la metodología desarrollada. Además, deberá realizar anualmente una solicitud y recolección de información de presupuesto, gasto ejecutado y beneficiarios directamente a las instituciones, y desarrollará un informe final de la estimación de manera anual, que deberá ser compartido con la ciudadanía costarricense.

En el marco de la Costa Rica del Bicentenario, el Patronato Nacional de la Infancia (PANI) como institución rectora técnica en materia de derechos del millón cuatrocientos mil niños, niñas y adolescentes en Costa Rica, recuerda que la inversión en el cumplimiento de los derechos de niñas, niños y adolescentes, es la inversión más rentable que puede hacer la sociedad, invertir en niñez es invertir en desarrollo. La medición de la inversión del año 2019 está próxima a finalizar y contó con la participación de más de 60 instituciones del Estado, proceso en el que el PANI asume como una función más en el ejercicio de su rectoría técnica.


Organizaciones participantes