IICE mejora levemente las proyecciones económicas del país para el resto del año

El buen desempeño que muestran las zonas francas y el sector externo en el primer trimestre mejoraron las expectativas para el resto del año.

4 JUL 2023

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Crecimiento del 2023 sería de un mínimo del 2,6 % y de un máximo del 2,8 %

Aunque pequeña, mejora es mejora. Según el último balance del Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas (IICE) de la Universidad de Costa Rica (UCR), la economía del país muestra un mejor panorama del que aparentaba a inicios de año. Mientras en marzo se estimaba un crecimiento anual del producto interno bruto (PIB) entre un 1,5 % y un 2,1 %, ese margen subió a entre un 2,6 % y un 2,8 %, según lo indica el reciente Análisis trimestral de la economía del IICE

El crecimiento interanual que se proyecta para el segundo trimestre de este año estaría en el rango de entre 3,9 % a 4,2 %, mientras que para el tercer trimestre, este rango se estima entre el 2,7 % y el 3,2 %, según datos del IICE elaborados con diversas fuentes, entre ellas el Banco Central de Costa Rica (BCCR) y el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC). En general, estas tasas también son más altas que las presentadas en el informe del primer trimestre de este año.

No obstante, el IICE llama a la cautela, pues tanto la demanda interna como el índice mensual de actividad económica (IMAE) del régimen definitivo siguen mostrando bajas tasas de crecimiento. Esto, aunado a la incertidumbre en el comportamiento de la inversión directa por factores internacionales, las expectativas ante las reducciones de la tasa de política cambiaria, junto con otros fenómenos fuera de nuestras fronteras, como la alta inflación por la que pasan algunos socios comerciales del país y los embates del fenómeno de El Niño, podrían afectar a la baja esta previsión.

Actividades económicas de mayor y menor crecimiento interanual

En gran medida, este crecimiento se debe a la dinamización de las zonas francas, las cuales mostraron una mejora interanual del 16,7 % en el primer trimestre del año. Además, tras varios meses de disminución, el gasto del Gobierno y las inversiones aumentaron entre los primeros trimestres del 2022 y del 2023. Sin embargo, el consumo de los hogares costarricenses sigue siendo el componente más importante de esta dinamización, aunque en esta oportunidad su crecimiento se mantuvo estable, sobre todo por una subida del gasto en servicios.

IICE: cambio interanual de los componentes de la demanda interna

De acuerdo con el informe del IICE, las actividades que más aportaron al crecimiento interanual en el primer trimestre del 2023 fueron las de manufactura y las profesionales (1,31 % y 1,01 %, respectivamente), además de las inmobiliarias (0,37 %), las de información y comunicaciones (0,31 %) y las de enseñanza y actividad de la salud (0,27 %).

En la parte baja de esta clasificación, las actividades que decrecieron fueron la de construcción (-0,14 %) y las de agricultura, silvicultura y pesca (-0,03 %) mientras que las que menos sumaron al crecimiento fueron minas y canteras (0,01 %) y administración pública y transporte y almacenamiento (0,02 %).

Sombrías noticias para el mercado laboral

En comparación con el primer trimestre del 2022, el nivel total de ocupación disminuyó un 0,2 % en el mismo periodo de este año. Como consecuencia, el IICE encontró que hubo una reducción de un 4,4 % en el total de horas laboradas. De hecho, el nivel actual de horas es incluso menor que el registrado a inicios del 2020, previo a la pandemia.

Si se desagrega por tipo de trabajo, la ocupación en labores no calificadas y con calificaciones altas disminuyó un 2 % y un 8 % respectivamente. Mientras tanto, las labores que requieren de calificaciones medias fueron las únicas que aumentaron: un 6 %, también con respecto al primer trimestre del año pasado, y se mantienen como los sectores con mejores perspectivas laborales.

IICE: comportamiento de la ocupación por nivel de calificación.

Sin embargo, al combinar los datos del mercado laboral con la producción interna bruta, se evidencia que existe una tendencia al alza en la productividad nacional en el último año. 

Inflación controlada

El Análisis trimestral para la economía también señala que la política monetaria de contracción del BCCR ha dado frutos. Esto se muestra en la erosión del crecimiento de los precios en el mercado, tanto por inflación general (el Índice de Precios al Consumidor, o IPC, pasó del 7,65 % en enero 2023 a un 0,88 % en mayo) como por el IPC que excluye alimentos, combustibles y otros regulados (varió del 4,08 % en enero al 0,83 % en mayo), ubicándose ambos por debajo del rango tolerado de inflación del BCCR. La categoría de transporte es la que más aportó a esta reducción de costos al consumidor.

A mayo de este año, la variación interanual del IPC era del 0,88 %, y para diciembre, el IICE pronostica que los precios crezcan entre el 2,0 % y el -1,8 % de manera acumulada a lo largo del año, si se mantiene esta tendencia. 

De hecho, según lo reporta el empresariado nacional, quienes esperan subir el precio de sus bienes y servicios bajaron de un 25,2 % a un 19,0 %, mientras que, en sentido contrario, quienes auguran una reducción en los precios aumentaron levemente con respecto al segundo trimestre de este año, pasando de 7,61 % a un 7,71 %.

Para evitar que estas decisiones desemboquen en una contracción mayor en la economía, desde marzo el BCCR ha venido aplicando una reducción en la tasa de política y, a mayo, esta ya había descendido al 7,5 %. Como efecto dominó, se espera que estas decisiones también reduzcan las tasas de interés. 

IICE: tasa de crecimiento interanual del índice de precios al consumidor y del indicador de inflación subyacente.

A manera de ejemplo, la tasa básica pasiva ya detuvo la tendencia de crecimiento que sostenía desde mayo del año pasado y se ubicaba en 6,5 puntos a finales de mayo de 2023, mientras que las tasas de referencia interbancarias comenzaron a bajar.

Si se mantiene esta tendencia, las tasas bajas podrían incentivar a las familias y a las empresas a pedir préstamos a menor costo, lo que provocaría un aumento en el consumo del país y disminuiría la caída en la inflación.

En cuanto a los créditos internos del sistema bancario nacional al sector privado que no es financiero (que incluye a sectores como comercio y servicios, transporte y turismo), estos muestran un decrecimiento del 7 %

En cambio, el crédito para consumo fue el único que aumentó, pasando de 2,0 % en febrero de 2022 a 7,3 % el mismo mes de este año, quizás debido a que la inflación de los últimos doce meses dificultó a las personas comprar artículos, pero la actual sí lo está permitiendo.

Auge en sector externo por la dinamización de las zonas francas

La inversión directa (ID) en el país es boyante. Esto ocurre, principalmente, porque las zonas francas están pasando un buen momento desde hace dos años (sobre todo las que se ubican en la Gran Área Metropolitana), aunque su ID bajó cerca de un 12 % entre el 2021 y el 2022.

Estas empresas ubicadas en espacios libres de impuestos son las que más peso tienen en las exportaciones del país actualmente, aunque los que más importaciones generan son el resto de los negocios, los cuales carecen de tienen beneficios fiscales (conocidos como “régimen definitivo”). 

IICE: inversión directa en la economía declarante.

Aquí cabe aclarar que la balanza comercial ha sido negativa históricamente en Costa Rica; es decir, el país importa más de lo que exporta. A abril de este año, el índice de exportaciones se ubicaba en 142,1, mientras que el de importaciones registra 113,0. 

En general, tanto las importaciones como las exportaciones crecieron interanualmente, lo cual resulta interesante de destacar si se toma en cuenta que la apreciación del colón no produjo un decrecimiento de la venta de artículos al extranjero. Eso sí, las importaciones crecieron más, posiblemente también producto de este fenómeno.

En cuanto al comportamiento de la entrada de monedas externas al país por medio del turismo, esta ha venido aumentando sostenidamente tras la pandemia, pese a que aún el país no logra alcanzar los niveles de visitación turística en el 2019. 

De hecho, entre noviembre del 2021 y marzo del 2022 hubo un aumento del 67 % en el ingreso de monedas extranjeras al país. Este número ha venido en descenso, aunque de manera irregular, y a noviembre del 2022 el ingreso interanual de divisas fue del 34 %.

Curiosamente, el IICE observó una asociación entre el ingreso de monedas extranjeras y la cantidad de turistas que buscan a Costa Rica en internet para vacacionar o realizar actividades de negocios o académicas.

IICE: ingreso de divisas por turismo y principales búsquedas en Google relacionadas con turismo en Costa Rica.

Análisis trimestral de la economía del IICE

Periodista: Pablo Mora Vargas
Oficina de Divulgación e Información
pablo.moravargas@ucr.ac.cr

IICE: Número de personas pobres en Costa Rica aumentó durante el segundo semestre del 2022

Estudio determinó un ligero descenso en la desigualdad: La población en pobreza extrema creció de forma preocupante: pasó de un 6 % en abril a un 8 % en diciembre del 2022.

3 MAY 2023

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En diciembre del año pasado, el 25 % de las personas vivía en situación de pobreza en Costa Rica. A inicios del 2020, antes de la pandemia, esta cifra era del 22 %, lo que evidencia el deterioro social que ha vivido el país en los últimos tres años.
Foto: Anel Kenjekeeva.

Según el informe Análisis del mercado laboral y pobreza en Costa Rica, que presentó este martes 2 de mayo el Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas (IICE) de la Universidad de Costa Rica (UCR), una de cada cuatro personas en Costa Rica (el 24,9 %) se ubicó bajo la línea de pobreza para diciembre del año pasado.

De hecho, este porcentaje mostró un leve crecimiento a lo largo del segundo semestre del 2022. Pero el aumento es aún más significativo si se compara con los primeros meses del 2020 (previo a la pandemia), cuando este porcentaje rondaba el 22%. 

Mientras tanto, la pobreza extrema sí creció de forma alarmante en los últimos meses del año pasado, donde ocho de cada 100 personas en el país fueron incapaces de satisfacer sus necesidades alimentarias básicas. De hecho, en abril del mismo 2022, el porcentaje de pobreza extrema fue del 6 %, con lo que se puede concluir que este rubro creció dos puntos porcentuales en tan solo ocho meses.

La pobreza es más evidente en espacios rurales 

De forma similar se ha comportado la pobreza extrema: mientras el 7,1 % de las personas en las ciudades no logra satisfacer sus necesidades alimentarias básicas, este porcentaje sube al 10,1 % en el campo. Ambos porcentajes han venido en aumento desde mayo del 2020 y se mantienen muy por encima de los datos previos a la pandemia, cuando había alrededor del 6 % de pobreza extrema en zonas urbanas y 7 % en las rurales.

Luis Oviedo Carballo, investigador del IICE: 8 de cada 10 personas en pobreza son pobres extremos

Más pobres, menos desiguales 

Pese al aumento de la pobreza, la desigualdad descendió de forma lenta pero estable desde febrero del año pasado e incluso presenta una baja significativa en comparación con agosto del 2021.

Para diciembre pasado, el Coeficiente de Gini (donde 1 es el máximo de desigualdad y 0 el mínimo) la cifró en 0,49, lo que significaría que el país es más pobre – según los datos presentados en los párrafos anteriores – pero un poco menos desigual que el año pasado. 

El IICE también realizó el cálculo del comportamiento de la pobreza considerando la ausencia de los subsidios económicos como Avancemos y otras ayudas del Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS), las Pensiones del Régimen No Contributivo y otras fuentes de transferencia económica. Si todos estos rubros se eliminaran, la pobreza en el país llegaría al 27,2 % (2,3 puntos porcentuales más de la que ya hay), mientras que la pobreza extrema sería de un 12,2 % (4.3 puntos porcentuales extra).

Luis Oviedo Carballo, investigador del IICE: impacto de subsidios en reducción de la pobreza

VER TAMBIÉN: País enfrenta poco crecimiento en la ocupación y más gente inactiva en el mercado laboral


Periodista: Pablo Mora Vargas
Oficina de Divulgación e Información
pablo.moravargas@ucr.ac.cr

País enfrenta poco crecimiento en la ocupación y más gente inactiva en el mercado laboral

IICE: Análisis del mercado laboral y la pobreza en Costa Rica

3 MAY 2023

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Miles de personas continúan buscando trabajo en ferias de empleo en el país. Solo el 51,9 % de la población en condiciones y edades de trabajar está realmente laborando. (Imagen con fines ilustrativos).
Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

Casi siempre se asocia un descenso en el desempleo con la contratación de más personas en empresas e instituciones, o con la creación de más emprendimientos. Pero, en estos últimos meses, esta no ha sido la principal razón. 

Según el informe Análisis del mercado laboral y pobreza en Costa Rica, que presentó este miércoles 3 de mayo el Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas (IICE) de la Universidad de Costa Rica (UCR), el motivo principal de esta baja en el desempleo pareciera ser un repunte de la tasa de inactividad (personas mayores de 15 años que no están laborando pese a tener las capacidades para poder trabajar) desde los meses abarcados entre agosto y octubre del año pasado (ASO 2022) a los comprendidos entre diciembre del 2022 y febrero del 2023. 

En porcentajes concretos, la tasa de inactividad pasó de un 39,7 % en los primeros tres meses señalados (ASO 2022) a un 41,7 % en el último trimestre evaluado, lo que hace a la inactividad reciente incluso más alta de la que presentaba el país antes de la pandemia del Covid-19. Como suele ser (lamentablemente) habitual, este porcentaje aumenta entre las mujeres y se ubica en un 54 %. 

VER TAMBIÉN: IICE: Número de personas pobres en Costa Rica aumentó durante el segundo semestre del 2022

Lo curioso es que, pese a lo anterior, según los datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) utilizados por el IICE para este estudio, el desempleo muestra una leve disminución en los últimos meses analizados, pasando de un 12 % entre julio y setiembre del año pasado a un 11 % en el último trimestre  evaluado. Nuevamente, este porcentaje es mayor entre las mujeres (14,1 %) que entre los hombres (8,9 %).

Aún más alarmante es saber que, apenas, poco más de la mitad de la población nacional en edades y condiciones para trabajar estuvo realmente laborando (tasa de ocupación) en el trimestre comprendido entre diciembre del 2022 y febrero del 2023. En números porcentuales estas personas abarcan un 51,9 % de toda la masa laboral posible, cifra que es similar a la de los semestres anteriores. Ahí, nuevamente, las mujeres tienen una tasa de ocupación menor (39,8 %) que la de los hombres (64,0 %).

Daniela Córdoba Solano, investigadora del IICE: incremento en tasa de inactividad en Costa Rica

Sueldos en descenso 

Otra mala noticia se suma: los salarios medianos que gana la población costarricense han venido a la baja desde el inicio de la pandemia, hace tres años. A manera de ejemplo, mientras en el primer trimestre del 2020 el salario mediano en el país era de 1324 colones por hora en términos reales, actualmente es de 1210,4 colones por hora. Si nos basamos en una jornada de 48 horas semanales, esto sería igual a unos 250 mil colones mensuales.

Ahora bien, el valor del trabajo por hora varía dependiendo de si se trata de empleos formales o informales. Quienes se desempeñan en los primeros reciben un salario de 1437,9 colones la hora (aproximadamente, 295 mil colones al mes), mientras que quienes lo hacen en la informalidad reciben apenas 902,5 colones por hora (alrededor de 185 mil colones mensuales). Es decir, la diferencia entre el salario formal e informal sería de 110 mil colones.

La noticia esperanzadora de este apartado es que la brecha salarial entre hombres y mujeres que tienen trabajos en condiciones similares (como edad, lugar donde viven, entre otras) disminuyó considerablemente en los últimos tres trimestres del 2022. Para el segundo trimestre del año pasado las mujeres ganaban 77,6 colones por cada 100 colones que recibían los hombres, pero para el cuarto trimestre del 2022 la diferencia se redujo y las trabajadoras ganaban 87,11 colones por cada 100 del género masculino.

Daniela Córdoba Solano, investigadora del IICE: brecha de ocupación por género y resumen general

No obstante, esta diferencia de casi 13 colones entre géneros es considerable en comparación con la que hubo durante el pico de la pandemia – en el tercer trimestre del 2020 – cuando las mujeres ganaban 93,4 colones por cada 100 de los hombres. Este fenómeno no duró mucho, pues luego la cifra cayó por debajo de los 80 colones durante todo el 2021.

La diferencia entre los ingresos que perciben los pobladores de las zonas urbanas versus aquellas personas que habitan en la ruralidad también ha venido disminuyendo, aunque de forma irregular, desde el 2018. Mientras que en el primer trimestre de aquel año la población trabajadora de zonas rurales ganaba menos de 90 colones por los 100 que recibía una persona citadina, en el cuarto trimestre del 2022 este dato llega a 95,6 colones de salario entre la gente de área rural frente a los 100 colones de la urbana.

La brecha laboral ajustada entre hombres y mujeres se reduce

Si se comparan los datos del primer trimestre del 2018 con los del cuarto del 2022, se observa que cada vez hay menos diferencia en la participación laboral entre mujeres y hombres. 

De acuerdo con los cálculos del IICE, mientras hace cinco años la brecha de participación era cercana a los 30 puntos porcentuales, en la medición más reciente esta desciende a los 23,89 puntos; es decir, se redujo alrededor de 6 puntos porcentuales en cinco años (eso sí, con altibajos durante este periodo).

Pero no ocurre lo mismo con la brecha de desempleo entre ambos géneros (más mujeres desempleadas que hombres). Ahí la diferencia sí ha aumentado en ese mismo periodo. Mientras en el primer trimestre del 2018 la relación era de alrededor de 5 puntos porcentuales, los últimos datos del 2022 señalan que esa cifra creció hasta 8,12 puntos

Si se toma como referencia el primer trimestre del 2022, se observa que también hubo un pequeño aumento, ya que en aquel momento la diferencia rondaba los 7,8 puntos. No obstante, cabe destacar que esta brecha ha tenido importantes alzas, sobre todo en los momentos más crudos de la pandemia, cuando se acercó a los 13 puntos en el III trimestre de 2020.

En cuanto a las horas semanales realizando trabajos no domésticos por género, los hombres tienden a laborar 31,63 puntos porcentuales más que el promedio de horas de las mujeres. Este número ha variado poco desde el primer trimestre del 2021.

Con respecto al tipo de empleo en el que se desempeñan las personas con mayor vulnerabilidad social (primer decil), más de nueve de cada 10 individuos que se ubican en este rango trabajan en actividades informales o de subsistencia. De hecho, el 60 % de la gente ocupada en la informalidad trabaja sin tener un salario estable (54 213 personas). Esto significa que esta población no tiene acceso al seguro social, a cotizar para una pensión y, mucho menos, a vacaciones o a aguinaldo.

Luis Oviedo Carballo, investigador del IICE: empleo informal sobresale en sectores vulnerables

Periodista: Pablo Mora Vargas
Oficina de Divulgación e Información
pablo.moravargas@ucr.ac.cr