IICE: Número de personas pobres en Costa Rica aumentó durante el segundo semestre del 2022

Estudio determinó un ligero descenso en la desigualdad: La población en pobreza extrema creció de forma preocupante: pasó de un 6 % en abril a un 8 % en diciembre del 2022.

3 MAY 2023

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En diciembre del año pasado, el 25 % de las personas vivía en situación de pobreza en Costa Rica. A inicios del 2020, antes de la pandemia, esta cifra era del 22 %, lo que evidencia el deterioro social que ha vivido el país en los últimos tres años.
Foto: Anel Kenjekeeva.

Según el informe Análisis del mercado laboral y pobreza en Costa Rica, que presentó este martes 2 de mayo el Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas (IICE) de la Universidad de Costa Rica (UCR), una de cada cuatro personas en Costa Rica (el 24,9 %) se ubicó bajo la línea de pobreza para diciembre del año pasado.

De hecho, este porcentaje mostró un leve crecimiento a lo largo del segundo semestre del 2022. Pero el aumento es aún más significativo si se compara con los primeros meses del 2020 (previo a la pandemia), cuando este porcentaje rondaba el 22%. 

Mientras tanto, la pobreza extrema sí creció de forma alarmante en los últimos meses del año pasado, donde ocho de cada 100 personas en el país fueron incapaces de satisfacer sus necesidades alimentarias básicas. De hecho, en abril del mismo 2022, el porcentaje de pobreza extrema fue del 6 %, con lo que se puede concluir que este rubro creció dos puntos porcentuales en tan solo ocho meses.

La pobreza es más evidente en espacios rurales 

De forma similar se ha comportado la pobreza extrema: mientras el 7,1 % de las personas en las ciudades no logra satisfacer sus necesidades alimentarias básicas, este porcentaje sube al 10,1 % en el campo. Ambos porcentajes han venido en aumento desde mayo del 2020 y se mantienen muy por encima de los datos previos a la pandemia, cuando había alrededor del 6 % de pobreza extrema en zonas urbanas y 7 % en las rurales.

Luis Oviedo Carballo, investigador del IICE: 8 de cada 10 personas en pobreza son pobres extremos

Más pobres, menos desiguales 

Pese al aumento de la pobreza, la desigualdad descendió de forma lenta pero estable desde febrero del año pasado e incluso presenta una baja significativa en comparación con agosto del 2021.

Para diciembre pasado, el Coeficiente de Gini (donde 1 es el máximo de desigualdad y 0 el mínimo) la cifró en 0,49, lo que significaría que el país es más pobre – según los datos presentados en los párrafos anteriores – pero un poco menos desigual que el año pasado. 

El IICE también realizó el cálculo del comportamiento de la pobreza considerando la ausencia de los subsidios económicos como Avancemos y otras ayudas del Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS), las Pensiones del Régimen No Contributivo y otras fuentes de transferencia económica. Si todos estos rubros se eliminaran, la pobreza en el país llegaría al 27,2 % (2,3 puntos porcentuales más de la que ya hay), mientras que la pobreza extrema sería de un 12,2 % (4.3 puntos porcentuales extra).

Luis Oviedo Carballo, investigador del IICE: impacto de subsidios en reducción de la pobreza

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Periodista: Pablo Mora Vargas
Oficina de Divulgación e Información
pablo.moravargas@ucr.ac.cr

País enfrenta poco crecimiento en la ocupación y más gente inactiva en el mercado laboral

IICE: Análisis del mercado laboral y la pobreza en Costa Rica

3 MAY 2023

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Miles de personas continúan buscando trabajo en ferias de empleo en el país. Solo el 51,9 % de la población en condiciones y edades de trabajar está realmente laborando. (Imagen con fines ilustrativos).
Foto: Laura Rodríguez Rodríguez.

Casi siempre se asocia un descenso en el desempleo con la contratación de más personas en empresas e instituciones, o con la creación de más emprendimientos. Pero, en estos últimos meses, esta no ha sido la principal razón. 

Según el informe Análisis del mercado laboral y pobreza en Costa Rica, que presentó este miércoles 3 de mayo el Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas (IICE) de la Universidad de Costa Rica (UCR), el motivo principal de esta baja en el desempleo pareciera ser un repunte de la tasa de inactividad (personas mayores de 15 años que no están laborando pese a tener las capacidades para poder trabajar) desde los meses abarcados entre agosto y octubre del año pasado (ASO 2022) a los comprendidos entre diciembre del 2022 y febrero del 2023. 

En porcentajes concretos, la tasa de inactividad pasó de un 39,7 % en los primeros tres meses señalados (ASO 2022) a un 41,7 % en el último trimestre evaluado, lo que hace a la inactividad reciente incluso más alta de la que presentaba el país antes de la pandemia del Covid-19. Como suele ser (lamentablemente) habitual, este porcentaje aumenta entre las mujeres y se ubica en un 54 %. 

VER TAMBIÉN: IICE: Número de personas pobres en Costa Rica aumentó durante el segundo semestre del 2022

Lo curioso es que, pese a lo anterior, según los datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) utilizados por el IICE para este estudio, el desempleo muestra una leve disminución en los últimos meses analizados, pasando de un 12 % entre julio y setiembre del año pasado a un 11 % en el último trimestre  evaluado. Nuevamente, este porcentaje es mayor entre las mujeres (14,1 %) que entre los hombres (8,9 %).

Aún más alarmante es saber que, apenas, poco más de la mitad de la población nacional en edades y condiciones para trabajar estuvo realmente laborando (tasa de ocupación) en el trimestre comprendido entre diciembre del 2022 y febrero del 2023. En números porcentuales estas personas abarcan un 51,9 % de toda la masa laboral posible, cifra que es similar a la de los semestres anteriores. Ahí, nuevamente, las mujeres tienen una tasa de ocupación menor (39,8 %) que la de los hombres (64,0 %).

Daniela Córdoba Solano, investigadora del IICE: incremento en tasa de inactividad en Costa Rica

Sueldos en descenso 

Otra mala noticia se suma: los salarios medianos que gana la población costarricense han venido a la baja desde el inicio de la pandemia, hace tres años. A manera de ejemplo, mientras en el primer trimestre del 2020 el salario mediano en el país era de 1324 colones por hora en términos reales, actualmente es de 1210,4 colones por hora. Si nos basamos en una jornada de 48 horas semanales, esto sería igual a unos 250 mil colones mensuales.

Ahora bien, el valor del trabajo por hora varía dependiendo de si se trata de empleos formales o informales. Quienes se desempeñan en los primeros reciben un salario de 1437,9 colones la hora (aproximadamente, 295 mil colones al mes), mientras que quienes lo hacen en la informalidad reciben apenas 902,5 colones por hora (alrededor de 185 mil colones mensuales). Es decir, la diferencia entre el salario formal e informal sería de 110 mil colones.

La noticia esperanzadora de este apartado es que la brecha salarial entre hombres y mujeres que tienen trabajos en condiciones similares (como edad, lugar donde viven, entre otras) disminuyó considerablemente en los últimos tres trimestres del 2022. Para el segundo trimestre del año pasado las mujeres ganaban 77,6 colones por cada 100 colones que recibían los hombres, pero para el cuarto trimestre del 2022 la diferencia se redujo y las trabajadoras ganaban 87,11 colones por cada 100 del género masculino.

Daniela Córdoba Solano, investigadora del IICE: brecha de ocupación por género y resumen general

No obstante, esta diferencia de casi 13 colones entre géneros es considerable en comparación con la que hubo durante el pico de la pandemia – en el tercer trimestre del 2020 – cuando las mujeres ganaban 93,4 colones por cada 100 de los hombres. Este fenómeno no duró mucho, pues luego la cifra cayó por debajo de los 80 colones durante todo el 2021.

La diferencia entre los ingresos que perciben los pobladores de las zonas urbanas versus aquellas personas que habitan en la ruralidad también ha venido disminuyendo, aunque de forma irregular, desde el 2018. Mientras que en el primer trimestre de aquel año la población trabajadora de zonas rurales ganaba menos de 90 colones por los 100 que recibía una persona citadina, en el cuarto trimestre del 2022 este dato llega a 95,6 colones de salario entre la gente de área rural frente a los 100 colones de la urbana.

La brecha laboral ajustada entre hombres y mujeres se reduce

Si se comparan los datos del primer trimestre del 2018 con los del cuarto del 2022, se observa que cada vez hay menos diferencia en la participación laboral entre mujeres y hombres. 

De acuerdo con los cálculos del IICE, mientras hace cinco años la brecha de participación era cercana a los 30 puntos porcentuales, en la medición más reciente esta desciende a los 23,89 puntos; es decir, se redujo alrededor de 6 puntos porcentuales en cinco años (eso sí, con altibajos durante este periodo).

Pero no ocurre lo mismo con la brecha de desempleo entre ambos géneros (más mujeres desempleadas que hombres). Ahí la diferencia sí ha aumentado en ese mismo periodo. Mientras en el primer trimestre del 2018 la relación era de alrededor de 5 puntos porcentuales, los últimos datos del 2022 señalan que esa cifra creció hasta 8,12 puntos

Si se toma como referencia el primer trimestre del 2022, se observa que también hubo un pequeño aumento, ya que en aquel momento la diferencia rondaba los 7,8 puntos. No obstante, cabe destacar que esta brecha ha tenido importantes alzas, sobre todo en los momentos más crudos de la pandemia, cuando se acercó a los 13 puntos en el III trimestre de 2020.

En cuanto a las horas semanales realizando trabajos no domésticos por género, los hombres tienden a laborar 31,63 puntos porcentuales más que el promedio de horas de las mujeres. Este número ha variado poco desde el primer trimestre del 2021.

Con respecto al tipo de empleo en el que se desempeñan las personas con mayor vulnerabilidad social (primer decil), más de nueve de cada 10 individuos que se ubican en este rango trabajan en actividades informales o de subsistencia. De hecho, el 60 % de la gente ocupada en la informalidad trabaja sin tener un salario estable (54 213 personas). Esto significa que esta población no tiene acceso al seguro social, a cotizar para una pensión y, mucho menos, a vacaciones o a aguinaldo.

Luis Oviedo Carballo, investigador del IICE: empleo informal sobresale en sectores vulnerables

Periodista: Pablo Mora Vargas
Oficina de Divulgación e Información
pablo.moravargas@ucr.ac.cr

El optimismo del empresariado se estanca para el segundo trimestre del año

Sin embargo, diversos sectores esperan una mejora en ventas, producción, competitividad y utilidades.

12 ABR 2023

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El sector construcción es el que reporta la mejor calificación en el Índice de Expectativas Empresariales, con un nota de 60,5 puntos porcentuales y el que tuvo el mayor aumento en este indicador, en comparación con la encuesta anterior (creció 3,9 puntos).

El buen paso con el que marchaba de manera interanual el Índice de Expectativas Empresariales desde el II trimestre del 2019 parece haberse detenido, según los últimos resultados arrojados por la segunda Encuesta de Expectativas Empresariales de este año, realizada por el Instituto de Investigación en Ciencias Económicas (IICE) de la Universidad de Costa Rica (UCR).

De acuerdo con el Índice, el positivismo en el empresariado aumentó apenas un 0,3 % con respecto a la primera encuesta de este 2023, pasando de 55,8 puntos porcentuales (p. p.) a 56,1 en el estudio más reciente. Pese al limitado crecimiento, estas cifras muestran que las personas empresarias consultadas siguen teniendo estimaciones optimistas sobre el futuro de su negocio.

No obstante, hay que destacar que este es el menor ascenso interanual para un segundo trimestre de este indicador desde el 2019 (49,4 p. p. en aquel momento).

La aplicación de esta encuesta se realizó entre el 20 de febrero y el 8 de marzo de este año. Contempló las respuestas de 460 empresas sobre temas variados como empleo, ventas, utilidades, inversión y tipo de cambio.

Si se analizan los sectores económicos por separado, el estudio señala que fueron los de construcción y agropecuario los que más mejoraron su positivismo con respecto a la encuesta pasada (+3,9 y + 3,1, respectivamente). No obstante, y de forma paradójica, es el primero el que alcanza la mejor puntuación de todos (60,5 p. p.), mientras el segundo es el que presenta la calificación más austera (50, 3 puntos).

En cuanto a la mayor caída del positivismo, esta ocurrió en el sector comercio, que bajó en 5,5 puntos porcentuales para ubicar su índice en 56,5 p. p. Pese a lo anterior, predomina la buena noticia de que todos los sectores se sitúan en calificaciones optimistas (superiores a los 50 p. p.), algo que no pasaba para un segundo trimestre desde el año 2017.

Esta tendencia positiva en la opinión del empresariado se explica por factores positivos que influyen en esta percepción, como el fortalecimiento del colón con respecto al dólar, la desaceleración de la inflación, la estabilización en el costo de los combustibles y una leve reducción del desempleo.

Empleo sin mayores variantes

Los espacios laborales que se crearon a inicios de este año (32,2 % de la muestra afirma haber contratado personal entre enero y marzo) se mantendrían para este segundo trimestre del 2023. Así lo señalan casi dos de cada tres participantes en la encuesta.

Ahora bien, el 27 % indicó que hay posibilidades de aumentar la planilla de sus negocios (-0,2 puntos con respecto a la encuesta del primer trimestre), mientras el 6,5 % pronosticó que más bien disminuirá la cantidad de colaboradores (+1,8 p. p.).

Entre los sectores, el que muestra mayor estabilidad es el de comercio, el cual muestra que tres de cada cuatro empleadores mantendrán su planilla sin variaciones con respecto a la encuesta pasada. Además, el sector de construcción es el que aparece como más abierto a nuevas contrataciones: así lo afirma el 44 %. También es construcción el que reporta el mayor crecimiento de perspectivas favorables de contratación con respecto a la encuesta pasada (aumento de 8,1 puntos).

Mientras tanto, el área agropecuaria parece estar más susceptible a ejecutar despidos, algo que afirma el 12 % de la muestra. En esta misma línea, los sectores con mayores caídas en perspectivas de contratación en sus balances de respuestas fueron el de servicios (19,2%; -7,6 puntos) y comercio (20,8 %; – 7,5 p. p.).

Como es de esperar, las empresas con más de 31 empleados se muestran más dispuestas a aumentar su planilla (35,6 % en el caso de las medianas y 33,3 % en las grandes). En cambio, las empresas pequeñas reportan un 24,7 % de expectativas de crecimiento en el número de sus colaboradores, porcentaje que en el caso de las microempresas se reduce al 16,1 %.

Se mantiene el positivismo en ventas y producción

Casi la mitad de la muestra afirma que las ventas o la producción se incrementarán para el segundo trimestre de este año. De acuerdo con el estudio, el 49 % así lo espera, mientras una tercera parte considera que no habrá cambios y solo un 13 % teme una disminución en este rubro.

Si se toman en cuenta los sectores, es el de comercio el que más aguarda un aumento en las ventas (57 %), mientras que los de servicios (18 %) y agropecuario (16 %) son los que tienen mayores expectativas de disminución.

En comparación con el trimestre anterior, son los sectores de servicios, manufactura y comercio los que presentan caídas en el balance neto de expectativas de venta o producción.

Pese a estas aparentes buenas noticias, el informe del IICE advierte que en el último año el optimismo en este rubro muestra una tendencia a la baja. Además, alerta que todos los sectores evidencian variaciones por debajo del promedio anual.

Empresarios confían en la estabilidad de sus utilidades

En general, el empresariado se muestra optimista en torno a las utilidades que podrían recibir en sus negocios durante este segundo trimestre del año, si se toma como referencia la encuesta anterior. En específico los sectores donde se esperan mejoras sustanciales en este rubro con respecto al primer trimestre son construcción, manufactura y agropecuario.

En general, los niveles de expectativas en las utilidades que reporta este trimestre son mejores que los promedios del último año, excepto en el sector comercio, con diferencias de entre un 2 % y un 27 %, dependiendo de la actividad económica.

En específico, los sectores que más esperan aumentos son los de manufactura (49 %), servicios (45 %), construcción y comercio (ambos 44 %). En cambio, es el sector agropecuario donde más se considera que habrá una disminución de sus ganancias, pues así lo supone el 29 %.

Competitividad empresarial mejoraría o al menos se mantendría

En promedio, el 48 % de la muestra afirma que su competitividad mejorará, el 44 % cree que se mantendrá y solo el 6 % teme que empeorará.

Si se analiza cada actividad económica por aparte, se observa que es en el comercio donde se espera una mayor bonanza en este sentido (así lo afirma el 56 %), mientras que el sector que confía en una mayor estabilidad es el agropecuario (53 %), aunque este último reporta también la mayor cantidad de opiniones negativas en este mismo tema (12 %).

Al comparar las respuestas de esta encuesta con las del último año, se evidencia que en construcción, manufactura y agropecuario es donde existen tendencias crecientes en la competitividad, con respecto al primer trimestre de este 2023. Lo contrario ocurre con servicios y comercio.

Uno de cada cinco individuos espera invertir en su negocio

A nivel general, el 19,3 % del empresariado afirma que realizará nuevas inversiones (+1,8 puntos porcentuales con respecto al estudio pasado), mientras que el restante 78,7 % afirma lo contrario.

En términos generales, el porcentaje de la muestra que espera hacer inversiones nuevas en el segundo trimestre es similar en todos los sectores, siendo servicios donde más se plantea esta posibilidad (20,2 %) y construcción donde menos (17,8 %).

Si se toma en cuenta la encuesta anterior, se observa que es el sector de servicios el que más aumentó la previsión de realizar nuevas inversiones (+4,1 puntos porcentuales), mientras que el de manufactura fue el único que presentó una disminución (-1,1 p. p.).

Tal como ha sido la norma en las últimas entregas de esta investigación, la mayoría de las personas señala que realizarán únicamente las inversiones necesarias para mantener activas sus empresas.

Entre la minoría de quienes sí planean hacer nuevas inversiones, estas serán principalmente en compras de equipos, software, mantenimiento, vehículos, entre otros.

La mayoría del empresariado descarta fortalecimiento del colón ante el dólar

Aunque de forma reducida, la cantidad de personas empresarias que esperan un aumento en el valor del dólar para el segundo trimestre aumentaron en comparación con la encuesta pasada (de un 40,6 % en el primer trimestre a un 42,4 % en el segundo).

En esta misma línea, el porcentaje de quienes esperan estabilidad en la divisa norteamericana también creció (de 32,0 % a 37,2 %), incluso más que quienes aguardan un incremento. Quienes más bien pronostican un fortalecimiento del colón se redujeron (de 16,5 % al 13,0 %).

Si se toma en cuenta el porcentaje del empresariado que augura un aumento en el tipo de cambio, la mitad confía en que este fenómeno no tendría ningún efecto en la competitividad de sus negocios. En cambio, el 22,2 % espera que un eventual fortalecimiento de la moneda estadounidense beneficie a sus negocios, mientras que, en el caso contrario, el 28,7 % señala que una coyuntura así sería perjudicial para sus intereses.

Por actividad económica, es en el sector servicios donde más se espera un aumento en el dólar (45,4 %), mientras en el agropecuario es donde más se confía en una disminución de su valor (20,4 %).

Estabilidad en precios marcaría el segundo trimestre

Finalmente, el empresariado señala en forma mayoritaria (62,2 %) que los precios de su sector económico no variarán significativamente.

Donde se aguarda más estabilidad en los costos de sus productos es en el sector agropecuario (69,4 %), mientras que en el de servicios es donde se pronostican más aumentos (32,2 %) y, por el contrario, en los de comercio y construcción se prevén más disminuciones (13,9 % y 13,3 %, respectivamente), aunque sean de forma minoritaria.

En el balance neto de preciosla expectativa en todos los sectores se inclinó a la reducción entre la encuesta previa y la más actual (pasando en total de un 31,5 % a un 17,6 %), siendo el sector construcción el que presentó el mayor descenso (de 40,0 % en el primer trimestre a apenas un 4,4 % en el segundo) y el de manufactura el que menos decreció (de 23,9 % a 20,4 %).

A continuación podrá observar un video hecho por el IICE donde se detallan algunos de los resultados explicados y otros indicadores adicionales.

IICE: Resumen de los resultados de la Encuesta de Expectativas Empresariales para el segundo trimestre del 2023

Periodista: Pablo Mora Vargas
Oficina de Divulgación e Información
pablo.moravargas@ucr.ac.cr