M.Sc. Marco Fournier Facio, piscólogo

Tema: Impacto en salud mental

En el comunicado divulgado por la Universidad de Costa Rica el 16 de diciembre del 2021, se indica que es urgente fortalecer los servicios públicos de atención en salud mental, particularmente para poblaciones más afectadas y vulnerables. ¿Cuáles son las principales alteraciones de la vida cotidiana que encontraron?

MFF: “La necesidad del confinamiento, del distanciamiento físico y de las estrategias específicas de prevención, tales como el uso de la mascarilla y el lavado de manos, obligaron a la población a transformar muchos hábitos y costumbres de su vida cotidiana, al tiempo que modificaron y limitaron la dinámica social.

Por otra parte, el temor al contagio personal o de los seres queridos significó niveles muy altos de ansiedad, situación a la que se aunó una profunda crisis económica, con altos niveles de desempleo o subempleo y el deterioro en las condiciones laborales de muchísima gente.

En condiciones de crisis como esta, la psicología siempre ha identificado las redes de apoyo como instancias idóneas para ayudar a las personas a enfrentar positivamente las situaciones estresantes. Sin embargo, la misma crisis ha afectado considerablemente estas redes de apoyo al debilitar el tejido social mediante el distanciamiento físico y social. Este proceso ha llegado inclusive a afectar las redes dentro de la familia extensa y, más aún, a nivel comunal.

En resumen, una proporción muy importante de la población se ha encontrado expuesta a altos niveles de estrés durante cerca de dos años y no cuenta con opciones de apoyo y orientación para enfrentar las ansiedades y decepciones que sufre sistemáticamente.

Según nuestros estudios, entre un 30 % y un 40 % de la población está teniendo alteraciones en su salud mental”.

¿De qué manera esas alteraciones se presentan para provocar una situación de estrés prolongado, con evidentes síntomas de ansiedad o depresión?

MFF: “Tal y como se indicó más arriba, el temor al contagio, la transformación de la vida cotidiana, el debilitamiento del tejido social y una crisis económica de grandes magnitudes han producido en la población, entre otras cosas, situaciones reiteradas de temor, cansancio, desilusión, inseguridad, soledad y tristeza. La reacción más común ha sido la ansiedad, pero también se observan con bastante frecuencia síntomas de depresión.

Por otra parte, la acumulación de tensión, aunada a altos niveles de decepción e incertidumbre, generan una acumulación de frustración y desesperanza que pueden convertirse fácilmente en un terreno fértil para estallidos de ira.

No es casualidad que se observen aumentos importantes en las muertes violentas e inclusive en los homicidios, así como en la cantidad e intensidad de los accidentes de tránsito. La literatura científica muestra que también estas condiciones culturales facilitan el reforzamiento de la personalidad autoritaria que definiera Teodoro Adorno, en su publicación de 2006, titulada La personalidad autoritaria”.

¿Qué medidas puede tomar el país para atender las necesidades en salud mental vinculadas con la pandemia del COVID-19?

MFF: “Ante esta difícil situación personal, social y cultural, es obvia la necesidad de intervención institucional para brindar apoyo, contención y orientación. Sin embargo, la magnitud y la intensidad del impacto hacen muy difícil la atención individual de cerca de una tercera parte de la población.

Pareciera que lo más factible en este momento sería la atención inmediata de los casos más severos con afectaciones y síntomas más intensos, a través de los servicios de salud institucionales y con una estrategia consensuada sobre los procedimientos idóneos.

Pero, al mismo tiempo, se hace necesario un proceso de multiplicación, mediante la capacitación de personas de organizaciones sociales, para establecer opciones de contención y orientación a nivel de grupos de apoyo comunal, que faciliten la reconstrucción del tejido social y sirvan de espacios de discusión, análisis, desahogo y de construcción grupal de estrategias de enfrentamiento”.

¿Qué efectos ha tenido la pandemia del COVID-19 en la salud de las personas adultas mayores?

MFF: “Al tratarse de la población de mayor riesgo, en un inicio fue el grupo etario más vulnerable. Por ejemplo, era, con mucho, el sector que concentraba la mayor proporción de consultas a la línea de apoyo del Colegio de Profesionales en Psicología.

Sin embargo, con el transcurrir de la pandemia, pareciera que esta situación ha mejorado, posiblemente por el apoyo institucional en el proceso de vacunación, pero también por la experiencia acumulada que permite que las personas de mayor edad tengan mejor acceso. tanto a información pertinente, como a la implementación de estrategias de enfrentamiento y apoyo”.